Para parar el tiempo

Cómo parar el tiempo.

Con frecuencia veo muchas personas preocupadas por la velocidad a la que pasa el tiempo: los hijos crecen, nuestros abuelos envejecen… la vida pasa volando, dicen.

Y hoy vengo a compartir algo que me ha ayudado a, si no pararlo, ralentizarlo un poquito. Es muy sencillito, pero es importante. Ahí va:

<<Para parar el tiempo, sólo, hay que mirarlo directamente a los ojos>>. 

Ya está. 

Regocijate en el momento y míralo directamente a los ojos. 

El tiempo no pasa rápido, simplemente pasa antes de que nos hayamos parado a mirarlo.

Esto nos ocurre con frecuencia. Estamos distraídos de nuestra propia vida: infoxicación de redes sociales, mensajes contínuos, televisión, móvil, rutinas y obligaciones del día a día.

Desconectemos notificaciones, cuantas más mejor. No escribamos mensajes antes de hacer algo importante: una cita con una amiga, el rato de juegos con nuestros hijos, ese momento en pareja. Si lo hacemos, probablemente la respuesta nos interrumpa durante esos instantes tan valiosos.

Regalémonos estar presentes en nuestras propias vidas.

Así de sencillo. 

Así de complicado.

Parémonos a saborear ese presente. Ese instante que pronto, ya mismo, se moverá y dejará de existir dejando paso a otro presente.

Mira tu vida directamente a los ojos y serás capaz de parar el tiempo con tu mirada. 

Otro modo de hacerlo ya sabes que es la fotografía, pero de eso hablamos otro día 😉

*

Deja un comentario