Y vió claro que tenía que alejarse. Y recordó aquella frase que una vez escuchó en algún lugar:
“Eres demasiado maravillosa para estar con alguien que no quiere estar contigo”.
Y al recordarla, la sintió por primera vez.
Quizás era momento de probar la soledad como primera opción. Quizás era el momento de vivir el presente y olvidar el pasado. De empezar de nuevo.
Colgó el hábito y se fue.


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